Una pandemia, dos miradas
Aplicando este consejo al momento que vivimos, podemos tener dos miradas ante esta pandemia:
La primera mirada, es la mirada negativa, es la reacción involuntaria que me lleva a ver todo lo que no puedo hacer:
- millones de personas aisladas en más de cien países del mundo,
- miles de personas internadas en terapia intensiva
- y muchas que ya han dejado de existir.
Esta mirada nos genera dolor, impotencia, miedo y ansiedad.
Pero hay otra mirada, la mirada positiva. Esta es una elección voluntaria que me permite ver todo lo que sí puedo hacer y me abre puertas de oportunidades únicas:
- La oportunidad de reflexionar acerca de lo que está sucediendo, como dice el sabio Salomón, para poder aprender de esta crisis, y seguir creciendo.
- También la oportunidad de ayudar a las personas necesitadas aquí donde estoy.
- Además, la oportunidad de disfrutar de los vínculos con las personas que están a mi lado y con las que están lejos, gracias a la tecnología.
- Y la oportunidad de afirmar mi fe en Dios sabiendo que, hasta aquí me cuidó, me volverá a cuidar ahora y cuidará también de mis seres queridos.
Esta mirada me da valor y esperanza porque, aunque estamos ante una situación extrema y sin precedentes, tengo la certeza de que si estamos unidos saldremos adelante.